Catedral de Malabo, Guinea Ecuatorial
SI LO SUPIERA (LA VIDA DEL CLERO GUINEANO).Por José Eugenio Nsue
Diario Utamboni; 11-agosto-2018.-
Si yo supiera que un religioso con los votos perpetuos de castidad, pobreza y obediencia podía llegar a ser uno de los mejores empresarios del país convirtiéndose en uno de los más adinerados en un país en el que los pobres rondan el 90% de la población (cuando hablamos de la pobreza en Guinea Ecuatorial, estamos hablando de aquellos que no tienen garantizados dos comidas diarias, los que carecen de curarse o curar a su familia en los mal llamados hospitales, poder mandar a su prole a una escuela digna de ese nombre y comprarle el material escolar básico);
Si yo supiera que un sacerdote católico podía ser abiertamente 'polígamo' (tener a tu disposición más de dos esposas) llegando a casar con ellas consuetudinario (tradicional, dote incluida) formando así como en el resto de los mortales africanos hogares, dulces hogares;
Si yo supiera que un religioso/sacerdote, seguidor y apóstol de Jesucristo, el que vivió y mandó vivir a quienes quisieran seguirle de forma humilde y sencilla: "Las zorras tienen madrigueras y las aves del cielo nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza" Mt8:20; "... Y les dijo: no lleveis bolsa, ni alforjas, ni sandalias" Lc10:4; "Pues dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios" Lc20:25... iban a poseer y a vivir en imponentes y lujosas viviendas (algunos llegando a tener en propiedad como jeques y jerifaltes de los miembros del Gobierno y familiares de Obiang FOREVER dos, tres hasta cinco chalets) como ministros mundanos en medio de feligreses y ciudadanos que infra viven en chabolas y cuchitriles literalmente;
Si yo supiera que un religioso/sacerdote viviendo en comunidad o solo, pasaría de rezar y meditar personal o comunitariamente (ni los maitines, ni las completas ni mucho menos las vísperas), tampoco encontraba tiempo de compartir y hacer vida comunitaria (desayunar, almorzar, cenar, ver juntos la tv, etc) salvo que si tuviera una obligación inexcusable;
Si yo supiera que un religioso/sacerdote podía ir de parranda y de juerga toda la noche y volver al día siguiente o el siguiente sin dar ningún tipo de explicaciones a la comunidad a la que pertenece y en presencia del superior o este mismo;
Si yo supiera que un religioso podía tener bienes materiales, lujos y ostentaciones (cochazos, joyas, relojes, cuentas bancarias) a título individual al margen de la comunidad a la que pertenece;
Si yo supiera que un religioso/sacerdote católico podía usar sus estudios o preparación académica no como un instrumento para la evangelización sino como un arma arrojadiza contra sus compañeros a quienes mira despectivamente creyéndose superior;
Si yo supiera que un religioso/sacerdote católico podía militar en un partido político, ser miembro destacadísimo de los espías del régimen dictatorial y llevar armas hasta en la misa como 'agentes' de la seguridad del régimen de Obiang.
Yo, vuestro hermano, el que comparte estas reflexiones con vosotros, habría luchado hasta la extenuación por ser religioso/sacerdote.
Atrás se quedaron lo aprendido en los noviciados donde nos decían que nos preparábamos para ser misioneros, en el caso de los claretianos, como lo fue el fundador san Antonio María Claret, quien antepuso la evangelización, llevar la Buena Nueva a todos los rincones de la tierra, a las comodidades mundanas; vivió humildemente como muestra de desapego a lo material y fue un hombre profundamente espiritual. Para él, la oración era el alimento espiritual por antonomasia.
Atrás se han quedado las palabras del papa Francisco en el discurso a los sacerdotes y consagrados peruanos el 20/01/2018: "nos hace bien recordar que nuestras vocaciones son una llamada de amor para amar, para servir, no para sacar tajada para nosotros mismos"; "El pueblo de Dios tiene olfato y sabe distinguir entre el funcionario de lo sagrado y el servidor agradecido"; "Se nos pide ser artífices de comunión y de unidad; que no es lo mismo que pensar igual, hacer todos lo mismo"; "No caigamos en la trampa de una autoridad que se vuelva autoritarismo por olvidarse que, ante todo, es una misión de ser autoridad, piénselo mucho"; "Los ancianos necesitan que les vuelvan a brillar los ojos y que vean que la Iglesia en el presbiterio, en la Conferencia Episcopal, que los oigan a hablar en el cuerpo de la Iglesia"...
En nuestro país, Guinea Ecuatorial, las cosas se hacen en la Iglesia al revés como en todos los ámbitos; los que debían ocuparse de los viejos, enfermos, viudas, huérfanos, los más necesitados; aquellos que debían enfrentarse a los que maltratan, cometen actos criminales, practican la brujería, esoterismos..., como el clero, son los que se desviven en ser el más adinerado, el más guapo o el más ligón.
Siempre me había preguntado por qué no había en la Iglesia guineana casi ninguna iniciativa asistencial en las parroquias nuestras, no hay en los consejos parroquiales, si los hay, Cáritas, proyectos apostolados encaminados a mejorar la vida de los parroquianos; asistencias a los ancianos y enfermos en los hospitales...
Cada vez uno va entendiendo el porqué nos está costando asistir a la población nuestra porque, si los que estaban llamados a ser como los profetas, la voz de los sin voz; los que tenían que llevar la ilusión a los abatidos, socorro a los oprimidos, denunciar las injusticias contra el pueblo de Dios y apacentar su rebaño como lo hacía Jesús y sus discípulos, se dedican a enriquecerse, a trapichear y a amasar grandes fortunas para sus particulares familias al igual que el resto de los ciudadanos, como los mercaderes en el templo de Jerusalén; ¿quién tendrá tiempo para el pueblo de Dios que son todos los que sufren?
Si el clero guineano se está comportando exactamente igual que la familia real de Akoakam, igual que los miembros del Gobierno e igual que toda la población donde el lema supremo es: "sálvese quien pueda" y "cuanto más amaso los bienes, más me consideran", ¿cómo va a ser el poder espiritual y moral para la sociedad y cómo puede exigir a los demás?
Ya no hace falta preguntar por qué hay tanta desafección entre muchos de los que estuvieron dentro de las instituciones eclesiásticas guineanas, conocen los entresijos de esta iglesia y todas estas mandangas y mala praxis; muchos han puesto tierra de por medio, otros han decidido cambiar de religión y otros hasta se han vuelto incrédulos por tanto cinismo e hipocresía también porque desde el clero y el conjunto de la Iglesia guineana, no sé está haciendo nada para tender puentes para la formación de unas comunidades; la Iglesia de Jesús es una comunidad y si nos gusta vivir como anacoretas y somos soberbios, ¿cómo los van a acercar?
Lejos de ver estas reflexiones profundamente sentidas, me duele lo que pasa en mi iglesia, como una especie de conspiración judiomasónica como nos es costumbre, sería mejor preguntar como dice el papa Francisco: ¿Qué sacerdote quiero ser; mejor dicho estoy siendo? ¿Un 'cura de salón', 'un tranquilo y asentado' o 'un discípulo misionero cuyo corazón arde por el Maestro y por el pueblo de Dios? Si no se hace, no hay nada que hacer en este infierno de país que hasta la Iglesia está ya podrida de corrupción.
Cantábamos en nuestra etapa de formación: 'on ne peut pas suivre deux maîtres sans que l' un d' eux soit trompé' (no se puede seguir a dos maestros a la vez, sin que uno de ellos sea engañado).
¡Ay, si Jesucristo levantase la cabeza, cuántos llevaríamos buenas cachetadas por utilizar su nombre, su sacramento: orden sacerdotal y su iglesia para fines espurios!
Así lo pienso y así lo digo; ¿qué os parece?
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