EN EL PORNO - ESTADO DE LA REPÚBLICA DE GUINEA ECUATORIAL, TAMBIÉN LOS PROFESORES SE ABUSAN DE SUS ALUMNOS, Por José Eugenio Nsue.
He estado esperando ingenuamente alguna reacción por parte de las autoridades gubernamentales, educativas o lo que sarcásticamente llaman Servicios Sociales o Protección de la Infancia del país, tras los espeluznantes y desgarradores audios de una mocosa (no despectiva, sino por la edad), trece-añera espetando a su profesor que por venganza al no ceder a sus pretensiones de acostarse con ella, le ha suspendido en su asignatura (Naturales). La chiquilla insiste en los audios que el susodicho acosador, presuntamente, no se cansa de cepillar a sus alumnas tanto de 1º de la ESBA (Educación Secundaria Básica) como de 2º, lo que equivaldría en España a la E.S.O. (Enseñanza Secundaria Obligatoria), a pesar de tener mujer o mujeres. La niña termina sus audios advirtiendo al profesor de que si no le pone la nota que ella cree que se merece, se lo dirá a su influyente padre para que emprendiera contra él acciones legales y desenmascararle; ella tiene todos los chats que le había estado enviando últimamente acosándola, que lo tome como una amenaza si quiere pero que sepa que todas las chicas no son iguales, se ha topado con un hueso duro de roer. No solo no se ha hecho nada, que sepamos, para investigar el caso, tampoco se está tomando en serio las denuncia y preocupación de la niña por ser práctica habitual en el país.
Esa perversión de acosar, acostarse, violar a las alumnas en nuestro país por parte de muchos profesores no es novedosa, se viene practicando practicando desde después de la independencia de 1968, una vez que se habían marchado los profesores colonos con ellos se fueron el pudor, la vergüenza, la ética y la deontología profesionales, y los sustituyeron los estudiantes nacionales de los últimos cursos de Bachillerato y algún que otro maestro auxiliar o profesores post independencia; en la década de los ochenta, tras el golpe de Estado de 1979, la generación de jóvenes guineanos recién licenciados que llegaron a Guinea y se pusieron a dar clases en los institutos, así como otros muchos técnicos y demás profesionales vieron en las jóvenes alumnas, sus caladeros donde pescar o harenes donde desfogarse; ¿quién no se acuerda de muchas ‘parejas’ contra natura de aquellos tiempos en las que se veía un profesor junto con su alumna acaramelados paseando en las oscuras callejuelas de Bata o Malabo, en algunas fiestas privadas o en las escasas discotecas que había en aquel tiempo, y muchas terminaron en bodas o en matrimonios consuetudinario y han tenido varias descendencias?; entonces, a pesar de lo execrable de tales comportamientos, esos profesores ni trapicheaban con las notas ni se iban con las menores de 18 años; no mezclaban unas cosas con otras.
A mediados de los noventa, empezó a haber desde trueques hasta ‘mercados persas’ con las notas; es decir que los famélicos y pseudo profesores (esa profesión es donde más intrusos hay por metro cuadrado en este país y es el colectivo de los que peor cobran, cuando lo hacen) para saciar el hambre, poder alimentar a sus familias, alimentarse y vivir con una cierta dignidad, empezaron a vender las notas y cobrar en especie; la chica que quiere pasar de curso, tiene que pasar por la cama de tal o tal profesor y abrirse las piernas; el chico que quiere ir a la Reválida elemental, superior o hacer la Madurez (Selectividad), había que pagar tal o tal cantidad de dinero; práctica que ha ido in crescendo hasta llegar a estas actuales cotas insoportables, insultantes y demenciales.
Que la mujer en Guinea está muy infravalorada y es utilizada sistemáticamente por todos los que ostentan algún poder, los ricos, los famosos, los funcionarios y profesionales, lo sabemos; que ellas mismas lo consienten por lo que sea y se han convencido de que los atributos que Dios les dio son un “laissez passer” o una “llave mágica” que abre cualquier puerta, también lo sabíamos; pero que se abusen sexualmente de las menores que la sociedad ha bautizado como ’ansufatis’, los miembros del gobierno, la familia real de Akoakam, el ejército y demás cuerpos y fuerzas de la (in)seguridad nacional, funcionarios de todas las administraciones y por todos aquellos que tienen acceso a ellas, es intolerable, imperdonable y repudiable. Lo que uno no logra a entender es el trato y el comportamiento de muchos guineanos con sus paisanos, actúan como si fueran expatriados desde sus puestos de responsabilidad y en el desempeño de las funciones que les corresponden y no como los originarios y por tanto los responsables del país, aquellos que tenían que hacer que esto funcione como en sus propios hogares. No me cabe en la cabeza insinuar a mi alumna, mirarla con ojos de una mujer o pretender acostarme con ella. Puede ser que soy de la especie en peligro de extinción o porque vivo en una sociedad civilizada.
Que todos los desencantados del régimen, que son la inmensa mayoría; profesores mal pagados, médicos y sanitarios infravalorados y ninguneados, militares y policías utilizados, administrativos y administradores de la justicia explotados y burlados; o sea, todos aquellos que trabajan en o con este régimen criminal que no son del núcleo de la familia de los OBIANG (primer círculo, diría Fernando Abaga Edjang), por estar siendo explotados, humillados y menospreciados y no les pagan para que puedan vivir con cierta dignidad y con sus sueldos; en lugar de alzar sus voces y exigir lo que creen que les corresponde y sus derechos ahí donde convenga, ante Señores y Amos, se desfogonan con las mujeres, niñas y con los pobres ciudadanos, demuestra lo calzonazos, cobardes en que se han convertido los hombres guineanos; son incapaces de mirarles a la cara a los miembros de la familia real que les martiriza, mangonea y se ríe en sus narices; ahí va Tontorín, su patrón y hermano mayor paseando con su yate de lujo por Italia, Cagliari, obviando la miseria de sus subordinados; en cambio, van atormentando y arruinando aún más a las míseras vidas de esos pobres inocentes.
Como padre de una hija, hermano, hijo de una madre y docente de adolescentes de entre 12 a 20 años, escuchar el testimonio de una niña de unos catorce años contando el calvario del que pasan las niñas de su edad en los centros educativos nacionales sin que nadie haga ni diga nada, hasta algunos quieren poner en duda su testimonio cuando saben perfectamente que es una práctica común en la comunidad educativa de Guinea Ecuatorial, hasta en los centros concertados y religiosos como el Colegio Claret, Santa Teresita, etc, etc, me da asco, pena y mucha tristeza; ¿Cuántas veces hemos dicho aquí que la actitud y el comportamiento de muchísimos guineoecuatorianos que habiendo tenido la suerte de salir a formarse y se formaron en distintas universidades, escuelas superiores y politécnicas en los países desarrollados; una vez en el país, se comportan exactamente igual o peor que los colonos y zoquetes y tarudos que mal gobiernan el país? El diablo de Obiang, su diabólica familia y su diabólico régimen están sirviendo para muchos guineanos de parapeto, de escudo o excusa cuando realmente la naturaleza del guineano de Guinea Ecuatorial inexplicablemente tiende hacer el mal despiadadamente. Todo aquel o aquella que actúa mal, lesiona o hiere la dignidad, los sentimientos y la sensibilidad de los demás, se escude en el régimen, en Obiang. Seguro que aquellos profesores que se abusan sexualmente de sus alumnas y los que cobran sobornos, médicos que se niegan a tratar a los pacientes si no se abonan antes la cantidad pedida…, culpan a Obiang de su reprochable, reprobable y delictivo comportamiento.
Chapeau a la valiente niña que se ha atrevido a denunciar públicamente la de Caín que están pasando muchas mujeres adultas, adolescentes e impúberes en las fauces de esos enajenados profesionales con el silencio cómplice de las autoridades competentes, así como la iglesia católica (quien calla otorga). Probablemente no encuentre justicia para su causa, pero el hecho denunciarlo públicamente (benditas las redes sociales), da la esperanza de que en su día serán perseguidos, juzgados y condenados todos aquellos desalmados delincuentes y depravados pederastas (saltacunas) que campan a sus anchas. Este país se ha vuelto en un porno - Estado en el que hasta ya hay mujeres que van desnudas por las calles y se sientan en las escaleras de los ministerios a plena luz del día, otras que se pelean desnudas, los adolescentes practican sexo en las aulas mientras siguen las explicaciones del profesor, directores que se acuestan con sus compañeras en los despachos y graban las escenas…; es el legado del régimen de alegre memoria. Todo sea por una Guinea Mejor.
Así lo pienso y así lo digo; ¿qué os parece?
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