sábado, 25 de abril de 2020

LA CRÍTICA, ESENCIA DE LA DEMOCRACIA, Por José Eugenio Nsue


BINGOKOM,25,ABRIL,2020

LA CRÍTICA, ESENCIA DE LA DEMOCRACIA. 

"La capacidad de expresar opiniones contrarias apasionadamente es el mayor signo de una democracia sana" (Steve Maraboli; escritor y orador motivacional, USA, 1975 ). 

Consciente o inconscientemente, el término 'crítica' o el verbo criticar se suele concebir en el imaginario colectivo en su acepción negativa, como un concepto peyorativo; es decir, la inmensa mayoría de las personas, sobre todo en las sociedades incultas y en los países subdesarrollados donde adolece la democracia, las críticas son concebidas como ataques, menosprecio o atentados personales con la finalidad de causar daño, denigrar o socavar la reputación; esto no es así siempre. El término o el verbo criticar no expresa necesaria y exclusivamente acepciones, conceptos negativos, peyorativos; criticar puede significar examinar, juzgar una cosa, especialmente para determinar su bondad, verdad o belleza, también puede expresar opiniones o juicios negativos y contrarios sobre una persona o una cosa entonces, sus sinónimos son: examinar, juzgar, censurar...

Si bien a nadie le gusta que le critiquen, sobre todo cuando la crítica es debido a un comportamiento o actitudes censurables; no es lo mismo criticar a un personaje público, famoso que a un ciudadano anónimo, tampoco es lo mismo criticar los hechos, acciones cometidas por un individuo en el ejercicio de sus funciones que hacerlo metiéndose en el ámbito privado, en su persona cuya dignidad y honor deben ser preservados y garantizados por la ley. En este sentido, en los Estados donde la democracia está muy enraizada, el derecho a la información, a la libertad de expresión, y el de la intimidad, el honor y el respeto de las personas individuales están garantizados, legalizados. Es un derecho inalienable expresar libremente las opiniones, que los profesionales de los medios de comunicación  informen manteniendo su línea editorial según la ideología pero salvaguardando siempre el otro derecho igualmente inalienable como es el derecho al honor, a la intimidad y a la vida privada de todas las personas públicas y privadas, ricas, populares  y normales. En caso de que los dos derechos, el de la libertad de expresión y opinión, y el del honor e intimidad colisionen, se acude al amparo del poder judicial para que tercie. 

La crítica ha de ser el elemento fundamental en todas las sociedades y en todos los ámbitos a fin de evitar que los políticos, empresarios, funcionarios, los cuerpos y fuerzas de  la seguridad..., por ejemplo, actuasen sin miramientos, impunemente por un lado; y halagar a aquellos que lo hacen bien; las críticas actúan como la espada de Damocles en las sociedades civilizadas. 

La crítica es la asepsia de la democracia, debe serlo pero, a pesar de que en los países con larga historia y tradición democráticas el derecho a la libertad de expresión no solo está recogido en todas sus normas jurídicas, su aplicación por lo general arraigada no obstante, algunos gobiernos no les gustan las críticas e intentan silenciar y controlar los medios de comunicación y las voces críticas de manera subrepticia. El ejemplo lo tenemos con nuestro Gobierno, el primero de coalición en la historia de España, formado por el tándem Sánchez- Iglesias. Tras verse acorralados por la nefasta gestión de la pandemia del COVID-19 que se ha cebado letalmente con los mayores de 70 años, obesos y con las personas con patologías previas llevando por delante a más de 22000 personas fallecidas y más de 213000 contagiados lo que ha provocado que les lluevan críticas de todas partes desde muchos medios de comunicación no afines hasta millones de ciudadanos a título individual; ese aluvión de críticas ha hecho que ellos, las cloacas del Estado (término de Pablo Iglesias con el que se dirigía al ministerio del interior y a los servicios de inteligencia antes de ser nombrado Vicepresidente Segundo), a través del General Jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil, José Manuel Santiago, en el Ministerio del Interior, intentan controlar y censurar las críticas con iniciativas y circulares a sus subordinados para la persecución y lucha contra los 'bulos, la desinformación y fake news susceptibles de generación de estrés social y desafección a instituciones del Gobierno'.

A pesar de esos intentos,  no deja de ser real que España sigue siendo el país con el mayor número de muertos por millón de habitantes del mundo, hasta aquí no se ha homenajeado a las innumerables víctimas por Coronavirus ni siquiera se sabe a día de hoy el número aproximado de los fallecidos; el número de los sanitarios contagiados por falta de material de protección pasa ya de 33000, el mayor del mundo; las pruebas que nos dicen que son necesarias para el control de la pandemia siguen escaseando; las medidas sociales para auxiliar a las segundas víctimas de esta dramática situación provocada por la pandemia (familias más vulnerables, autónomos con sus negocios cerrados, trabajadores acogidos por los ERTES...) proclamadas a bombo y platillos siguen sin aparecer a pesar del slogan: 'ninguno de los españoles se va a quedar fuera ni atrás sin ser ayudado'; las ayudas de los padres con niños menores por no estar comiendo en los colegios escolares, 40 días después siguen sin llegar; lo de la salida de los niños para empezar la desescalada de esta semana donde la Portavoz del Gobierno por la mañana manda a los padres de llevar a sus hijos menores a sitios concurridos y no al paseo, y por la tarde el ministro de sanidad le desdice a la Portavoz con otras recomendaciones contrarias a la de la ministra, y todos dicen ser del mismo gobierno, ha sido un ridículo mayúsculo jamás visto en los gobiernos occidentales... Criticar eso no significa que se es antipatriota, ni es crear estrés o desafección a ninguna institución, ni al gobierno; no hacerlo esto sí que es un sacrilegio. Uno empieza a creer que para algunos sus luchas, sus críticas no son ni por la justicia social para todos, ni por la igualdad ni mucho menos por el bienestar de todos, sino por sus intereses ideológicos. No se entiende que por una enferma de Ébola y por un perro sacrificado por evitar el contagio del virus letal a los ciudadanos, toda España se levantó en pie de guerra contra el Gobierno de entonces llamando a su presidente, Mariano Rajoy, asesino y el jefe de la oposición, el Dr. Pedro Sánchez pidiendo su dimisión inmediata por haber puesto en peligro a España; ahora con lo que está cayendo, con miles y miles de muertos en residencia, en los hospitales y en las propias viviendas, enterrados sin poder ser acompañados por los suyos; después de tantos contagios de cientos de miles de españoles, esos mismos patriotas, solidarios y humanitarios que lloraban por un perro sacrificado y por una paisana al borde de la muerte no salen ahora ni a protestar, ni a llorar por los muertos, ya no llaman al Gobierno asesino ni piden su dimisión; aquí lo único que importa ahora es arrimar el hombro, apoyar para la reconstrucción y nada más. Esto en mi pueblo tiene nombre, se llama 'sectarios y fanáticos'.

En los países carentes de democracia la crítica, al contrario, es considerada un arma letal. Los gobiernos de los países dictatoriales consideran que la crítica atenta contra sus personas, para los dictadores no hay diferencia entre un cargo, la gestión y administración de una institución y el individuo que los ejerce; el presidente, ministro o militar lo son en sus lugares de servicio, con sus familias y entre amigos; una vez puesto el traje del cargo, del poder y la fama lo llevan hasta la tumba y no lo sueltan ni para ir a la ducha. El poder ejecutivo y las oligarquías de esos países controlan férreamente los medios de comunicación y todos los críticos, son los que tienen que decir y decidir qué se puede y qué no escribir, publicar, enseñar o hablar; cuando alguien no quiere entrar o salir de este círculo súper controlado, se convierte en enemigo de la patria y pierde todos los demás derechos hasta el fundamental como es el derecho de la vida.

Para hacer frente a esos Estados totalitarios, los medios de comunicación independientes, las voces críticas se convierten en el único instrumento para combatir las injusticias y las prácticas abusivas antidemocráticas típicas de esos gobiernos porque, si no fuera por las críticas, ¿cómo se sabría que:

- En China, actualmente los negros africanos están siendo literalmente  linchados, vejados, acosados tanto por las autoridades chinas como por la población en su mayoría a pesar de que los chinos y su gobierno han acaparado toda África, ahí andan como Pedro por su casa y mientras, los gobiernos africanos endeudados hasta las orejas del dinero  chino hacen el sueco, se callan, miran por otro lado?

- En Guinea Ecuatorial, nada de lo que dicen los alucinados miembros del Gobierno de que el país está más que preparado para combatir el COVID-19, que su hospital de referencia para el combate contra el Coronavirus, Sampaka, está muy bien equipado y listo para recibir a los enfermos; no era más que un bulo más de los que nos tienen acostumbrados. Ahí no tienen oxígeno, ni respiradores, ninguna instalación mínimamente decente para albergar a nadie; los ciudadanos están muriéndose abandonados en manos de sus familias, que son ellos los que manipulan el cadáver de su ser querido sin ningún material de protección; nadie les hace caso ni siquiera para analizarles para ver el grado de contagio que pueden tener. Los técnicos del comité dirigido por el técnico Salomón Nguema Owono (ver para creer; uno que lleva 40 años en política activa se niega ser político; uno que dice ser médico, reconoce que es técnico ¿desde cuándo un médico es técnico?; los médicos son o facultativos, o especialistas, o expertos en alguna materia. A ver si enteran, 'técnico de ginecología' Nguema Owono) no está disponible cuando les requieren en su lugar de trabajo; sólo aparecen cuando la víctima ya ha fallecido para coger las muestras post morten para ir a analizar. Cómo sabrán que aquellos que perseguían por todo el país por haber, según el comité técnico, introducido el virus al país (Dra. Alene) y ya afilaban sus largos dientes para devorar, resulta que no tenía nada...?

- Con las apariciones reales del COVID-19 que está desgraciadamente empezando a cobrar vidas humanas y el pánico se ha adueñado de la población, todos los miembros de la familia real de Akoakam están huidos, se han ido a refugiarse en sus madrigueras y no se atreven si quiera a husmear para ver lo que pasa e intentar darles una palabra de aliento, mientras las hienas de siempre están campando a sus anchas apaleando por aquí, extorsionando por ahí, asaltando las viviendas y a las personas; otros buitres imponiendo medidas arbitrarias contra la población como pedir autorización de salida a los presidentes de PUNT, perdonad, a los presidentes de la Comunidades de vecinos...?

Lo cierto  es  como dice Daniel Arzola: "la democracia de un Estado  no se mide en cómo trate a sus seguidores, sino trata a sus adversarios", o como dice un anónimo: "no hay democracia si hay ignorancia"; la democracia es el peor sistema de gobierno, a excepción de todos los demás que se han inventado (Churchill), esta se hace más llevadera cuando la libertad de expresión está garantizada, y donde no la hay no se puede hablar de democracia ni de respeto a la dignidad humana; eduquemos y eduquémonos para ser libres.

Así lo pienso y así lo digo; ¿ qué os parece?

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