Bingokom, 28 agosto,2021
ALEMANIA SE DESPIDE DE SU CANCILLER, ANGELA MERKEL, ENTRE ACLAMACIONES; ¿VEREMOS ALGO SIMILAR EN NUESTRO PAÍS?
Por José Eugenio Nsue
No hace mucho afirmábamos y afirmamos que el mundo adolecía y adolece de verdaderos líderes políticos capaces de solucionar los problemas de sus conciudadanos y del resto del mundo en las últimas décadas; en la lista que dimos de algunos destacados gobernantes últimos dignos de admiración, omitimos a posta el nombre de Angela Merkel no porque no cabría en este selecto club de los elegidos que han dejado huellas y han hecho historia en sus países, y han colaborado y contribuido en la solución de muchos de los problemas mundiales, sino que ella misma había decidido apartarse del poder, dejarlo cuando más y mejor valorada estaba tras dieciocho años en la política activa. Esperábamos que llegara ese momento de decir adiós definitivo del poder para reconocer su valía y darle las gracias.
Lo que hemos visto esta semana donde todo el pueblo germano independientemente de la ideología política, credo ni raza, se ha puesto en pie para aplaudir a la canciller en agradecimiento por su labor, gestión y acción política al frente de la locomotora económica, cultural, social y cívica de toda Europa. Deja la política, se va una mujer pragmática, seria, disciplinada, discreta, sencilla, europeísta; se va una científica (física) creyente, confesa y practicante que nunca le dolieron prendas para hablar orgullosamente de Dios; dicen que dijo en una de sus múltiples intervenciones públicas: “siempre haré las cosas como a Dios agradan, porque le temo y porque le sirvo con todos mis bienes y todo mi corazón, porque desde hace muchos años le abrí mi vida y mi corazón a Jesucristo, y desde entonces soy cristiana, no solo de palabra sino sobre todo de hechos”. Frente a la tendencia de acumular los bienes materiales y vivir en la opulencia que les caracterizan a los politiquillos mediocres, esos que utilizan el poder como trampolín para llevar la vida de lujos que en otras circunstancias, jamás podrían soñar vivirla; esos políticos de pacotilla que se sirven de la política y la ven no como un servicio a la patria y a los ciudadanos sino como una oportunidad para enriquecerse y colocar a los suyos, ¿queréis nombres concretos o son conocidos?; ella simplemente decía que era ‘una empleada del gobierno y no una modelo’ (a la pregunta de una periodista de verla siempre con el mismo traje); ‘No, no tengo sirvientes y no los necesito. Mi esposo y yo hacemos las labores del hogar todos los días’ (a la otra pregunta de un periodista de si tenía cortesanos sirviéndole). Nunca necesitó ni palacetes ni castillos ni chalet para vivir como presidente; antes de ser canciller, vivía en un apartamento y durante todo su mandato ha seguido viviendo en el mismo. Angela Merkel se va del gobierno alemán dejando a Alemania en el puesto número uno de Europa con una economía saneada y fortalecida, con la creación de empleo de calidad como nunca, la ciudad ciudadana, con un tejido industrial característico envidiable y un bienestar general. En definitiva, Merkel ha vuelto a dar una lección magistral a toda esa actual clase política populista, aventurera, reaccionaria, altanera, narcisista, impostora y anticristiana que cree que ellos son el centro del universo, sin ellos no existiría el mundo y antes que ellos nada bueno había; se sienten enviados por el más allá para transformar el mundo y cambiar las leyes naturales; a Merkel no le ha hecho falta cambiar el idioma alemán para volverlo inclusivo, ni le ha hecho falta cambiar tropecientas veces la ley educativa, remover el pasado para que los ochenta millones de alemanes se sientan orgullosos de su país y tengan sentimiento patriótico; ella simplemente se ha rodeado de buenos gestores, de gente sensata, pragmática y honesta; ella se ha limitado a hacer las cosas sensatas, ver y analizar las necesidades de las personas y actuar en consecuencia, respetar todas las sensibilidades anteponiendo siempre el interés general; ella vino como vino y se ha marchado como vino; o sea, silente, humilde y elegante.
¿Tendremos la dicha de contar con un gobernante parecido? Dudo que lo veamos y dudo que lo vean las siguientes tres generaciones que nos precederán mientras sigamos contando con especímenes de gobernantes como aquel que dijo públicamente tras la pregunta de un periodista de que cómo era posible que un solo hombre tuviera tantos palacios como los distritos cuando más de ochenta por ciento de la población vivía en chabolas; él ni corto ni perezoso dijo: “¿quieres que yo viva en chabolas como perro después de ser presidente tanto tiempo?”; es decir que el sujeto ese no está en el gobierno para solucionar los problemas habitacionales de los ciudadanos (tanto es así que en más de 42 años en el poder, una vivienda digna sigue siendo misión imposible entre el 90% de los guineoecuatorianos), sino lo suyo; en vez de servir al pueblo, se sirve del pueblo. Su delfín y elegido a suceder al padre en el trono real, no conforme con lo apropiado por sus padres ni con lo usurpado por él a nivel nacional, va por el mundo comprando ilícitamente mansiones en Malibú, Estados Unidos, palacetes en la Avenue de Foch, París - Francia, o Chalet en Sudáfrica…, sin tener en cuenta que solo se vive una vez y un solo cuerpo no puede estar ni habitar en varios sitios a la vez, no tiene don de ubicuidad; uno no puede estar en misa y repicando; ¿cómo se va a ser presidente de una nación viviendo al mismo tiempo en París, Estados Unidos, Sudáfrica y Brasil al mismo tiempo?
Estas son las dos realidades, dos mentalidades y dos maneras de concebir la vida, administrar la res pública y servir; no tengo ni idea si eso tiene que ver con el color de la piel, con el nivel intelectual, cultural, o con la educación recibida desde la cuna por nuestros padres; desde luego que da mucho que pensar. ¿Cómo es posible que una gente actúe con tanto civismo, Angela Merkel, mientras que otra actúe incívicamente, la diabólica familia real de Akoakam?
Sra. Merkel, Dankeschön. Ojalá hubieras sido guineoecuatoriana, seríamos los primeros por lo menos de África en excelencia y no en choriceo y fechorías.
Así lo pienso y así lo digo; ¿qué os parece?