Bingokom,23 de noviembre,2019
¿A ESPAÑA LE INTERESA LA DEMOCRATIZACIÓN DE GUINEA ECUATORIAL?, Por José Eugenio Nsue
Llegado hasta aquí, es hora de hacer esta pregunta. Mal o bien, con acierto o sin él; de forma casi siempre interesada, partidista e ideologizada, las potencias colonizadoras han tendido desde siempre influir, intervenir, manipular y 'asistir' a sus colonias hasta el extremo de quitar por medio de los golpes de Estado en el caso de África a los Jefes de Estado que les caían gordos, e imponer otros que eran de su agrado y estaban dispuestos a defender no los intereses de los donde gobiernan, sino de las potencias que les habían colocado, impuesto en el poder. Desde la década de los dos mil cuando los golpes de Estado a estar mal vistos y se exigía que África adoptase el sistema de la democracia, que es el sistema menos malo de todos los sistemas políticos existentes (Churchill), esas potencias colonizadoras (Francia, Inglaterra, Portugal, Bélgica, España.. ) empezaron a apoyar a los líderes opositores que luchaban por la democracia de sus países con ayudas que iban desde la financiación hasta el asesoramiento pasando por las denuncias, embargos, persecución y presión contra los dictadores que no querían implantar la democracia en sus países.
En cambio, estamos viendo que nuestra 'potencia colonizadora' que eufemísticamente los guineoecuatorianos llamamos 'Madre patria', no le ha interesado jamás Guinea Ecuatorial; nunca España ha puesto en su agenda de política exterior la causa de nuestro país. Después de la independencia de Guinea el 12 de octubre de 1968, el Generalísimo y Caudillo de España declaró al nuevo y joven Estado africano materia reservada así, Guinea Ecuatorial pasó a ser tabú tanto en los medios de comunicación españoles de entonces como en la administración franquista. La reacción de Francisco Franco fue como se dijera: ya que habéis querido la independencia, ahí la tenéis; no queremos saber nada de vosotros; de esta forma el primer dictador, Francisco Macías Nguema Biyogo, aprovecharía hacer con la población lo que quiso durante 11 años porque sabía que no teníamos quien defendernos a nivel internacional.
Tras la muerte del dictador español en 1975 y la accesión en la democracia de España con la aprobación de la actual Constitución española en 1978, los sucesivos gobiernos españoles así como los medios de comunicación también españoles han seguido de alguna forma u otra con la misma praxis en relación con lo que concierne a Guinea Ecuatorial; no se informan como debiera ser sobre lo que ocurre con los habitantes de ese minúsculo país; en las esferas políticas españolas no se toman oficial y contundentemente una postura de Estado ni para condenar la barbarie que cometen los regímenes dictatoriales de Guinea, ni los persiguen. Cuentan que el Gobierno del malogrado Adolfo Suárez apoyó el golpe de Estado del actual monarca de Akoakam contra su tío en 1978 y ahí se quedó la aportación de España; después de aquel 'apoyo', no hubo nada más ni siquiera para apoyarnos en la elaboración de una nueva moneda hasta que el dictador fue a buscar apoyo y ayuda en Francia, de ahí la actual moneda guineana, el Franco Cefas. En la década de los ochenta cuentan que Felipe González, Presidente del Gobierno del PSOE, intentó ayudar a la oposición guineana exiliada en España recomendando a los opositores guineanos de agruparse y formar una sola plataforma conjunta para poder ser ayudada a combatir la dictadura, que por nuestra imposibilidad patológica de entendimiento, no se pudo llegar a nada y él, Felipe González, se lavó las manos; en todo ese tiempo, España se limitó a la asistencia humanitaria (apoyo en la Enseñanza y Sanidad enviando a cooperantes y poco más; y gracias a la impagable asistencia de los religiosos y religiosas misioneros españoles de la FERE, Federación Española de Religiosos de la Enseñanza). Con José María Aznar del Partido Popular, ídem que ídem; cuentan que en su primer Gobierno en la década de los noventa quiso apoyar a un partido político guineano afín ideológicamente con dádivas y prebendas pero no a toda la oposición. En esa misma década se creó en Madrid una especie de asociación, ASODEGUE (Asociación para la Solidaridad Democrática con Guinea Ecuatorial) donde algunos profesores universitarios de la UNED fundamentalmente junto con otros españoles capitaneado por Adolfo Marugan, decían solidarizarse con la oposición guineana y recibían subvenciones para tal fin, pero en nada la asociación se ideologizó pasando a apoyar sólo y exclusivamente al partido afín a su ideología socialista e izquierdista. En los dos mil vino José Luis Rodríguez Zapatero que no hizo nada diferente a sus antecesores en el cargo de Presidente del Gobierno sino que fue más lejos; su Gobierno pasó a perseguir a los opositores al régimen dictatorial de Guinea llegando a encarcelar a Severo Moto con imputaciones cuando menos rocambolescas como haber intentado ir a dar un golpe de Estado con un fusil y/o pistola oxidados, tres o cuatro municiones ocultos en el maletero de un cacharro de coche sacado de una chatarra; empezaron a amenazar a aquellos españoles que estaban o querían ayudar a los opositores de ser acusados por financiar los golpes de Estado; por otra parte, metieron en un buen lío al partido de CPDS aconsejándoles de aceptar el insultante escaño que el régimen humillaba a la oposición tras perpetrar sus sonoros y habituales fraudes y pucherazos electorales con la excusa de que la dictadura se combatía mejor entrando en las instituciones que fuera. Mientras se lo decían, iban a hacer negocios con el rey de Akoakam y prometían apoyarle mal que le pesaba a algunos (Migue Ángel Moratinos, ministro de AAEE de entonces). Con Mariano Rajoy haciendo gala de lo buen gallego que es; ni sí ni no sino todo lo contrario; simplemente para él el tema de Guinea Ecuatorial no formaba parte de sus prioridades pero se permitió el lujo de ir a dar una vuelta ahí (26/06/2014) para hacer turismo económico - empresarial como todos los gobiernos españoles de todos los signos, de izquierdas y de derechas; los frutos de dicho viaje fueron los negocios que su gente, José Manuel Soria y Gustavo de Arístegui entre otros, montó con los Obiang. Del doctor Pedro Sánchez, no hace falta hablar porque ni ha tenido tiempo ni le importa esas nimiedades.
Para España, Guinea Ecuatorial no existe, no es relevante y no merece la pena ocuparse ni preocuparse por lo que ahí pasa; tanto los medios de comunicación como los políticos de los grandes partidos con posibilidad de gobernar España, mención a parte de los partidos minoritarios como el PNV, C's, Podemos y la extinta CIU que, sin la posibilidad de mandar y sin las competencias en materia de AAEE siempre han mostrado preocupación, hecho mociones en el Parlamento por la situación política y los derechos humanos en Guinea; el PSOE y el PP lo único que les han interesado de Guinea son los negocios con el dueño absoluto del y su régimen. Junto con los nombrados populares Soria y De Arístegui, se pueden nombrar igualmente a Miguel Ángel Moratinos, José Bono, el mismísimo Rodríguez Zapatero... del PSOE, Eduardo Inda, Luis María Ansón..., medios de comunicación están desfilando por Malabo no para hablar de democracia, sino para saber cómo llevar la mayor tajada en ese río revuelto que es Guinea Ecuatorial.
Cuando se hablan de Venezuela, Cuba, Bolivia, Chile, Argentina, Ecuador o de Colombia; cuando reciben a los opositores de esos países, les apoya política y económicamente, les tratan con reverencias y mucha simpatía, a mi me da mucha rabia y mucha tristeza porque no se explica que siendo colonias de una misma Metrópoli que unos tengan tanta consideración, mientras otros somos tan humillados, ninguneados. Está claro que entre la oposición guineana en el exilio (España) deja mucho que desear; nunca ha estado a la altura de las circunstancias tampoco ha hecho méritos para que sea tenido muy en cuenta, pero puede ser también que precisamente por esa orfandad y abandono es por lo que está costando articular una oposición de peso. No puede ser que el único apoyo que recibe algún partido u opositor guineano sea unos billetes de avión, una estancia de días en un hotel para venir a asistir a un congreso o convención, unos cuantos cientos de euros para sobrevivir, pagar el alquiler o una plaza de profesor en la UNED con un sueldo mísero. Con limosnas no se hace política ni se puede construir una alternancia política.
He visto cómo han acallado a uno de los pocos ilustres guineanos que nos quedan en vida y le han arrinconado, marginado y vetado a no trabajar por negarse a hacer lo que algunos gerifaltes del socialismo español le exigían y obligaban primero para que fuera a colaborar con el régimen de Obiang, después para que hablara bien y positivamente de las bondades y avances que el monarca está logrando en Guinea. He leído cómo todo un súper Comisario, probablemente el Comisario con más poder de este país ha estado al servicio de los intereses de la familia real de Akoakam y cómo ha estado cobrando comisiones para favorecer a los miembros de la realeza kalunga. ¿Quién nos dice que todos los intentos de organizarse la oposición guineana acá fracasados no son obras de las altas instancias, los soplones al servicio del régimen de Malabo de este país? Ahora se habla del secuestro de algunos paisanos en algún país africano que salieron de España, siempre España, por los sicarios del régimen que están diseminados por todo el mundo, poderoso es don dinero, y ahora se encuentran en el zulo donde secuestran a ciudadanos (Nzé), en la tétrica y siniestra cárcel Black Beach de Malabo; los que somos guineanos sabemos qué significa eso (sus vidas penden de un hilo, si siguen con ella).
Cuánta razón tiene mi estimado y admirado Josimar: "quien quiere luchar y emprender cualquier tipo de acción contra el régimen de Malabo, debe salir primero de España y afincarse en otra parte; solo de esa manera será efectiva todo lo que quiere hacer". Son muchos años que España nos ha dado la espalda, desde la independencia, 1968. Si de España dependemos para lo democratización de nuestro país, vamos apañados.