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Foto: Oposición en el exilio |
Diario Utamboni, 4 de noviembre de 2018
Esta vez ha vuelto ser Alfredo Okenve, ya fue detenido una vez; antes fueron su hermano, el profesor Celestino Okenve Ndoho, el caricaturista Ramón Esono, el ex secretario general de CPDS, Plácido Mico Abogo, el ahora ministro del régimen, Celestino Bonifacio Bacale, los miembros del partido CI, Santiago Ebee Ela, Enrique Nvo Okenve; los miembros de PPGE encabezado por su líder, Severo Matías Moto Nsa, Saturnino Nkogo Mbomio, Martín Eson, Marcos Aloo Nguere; el claretiano, Reverendo padre Pedro Ncogo Eyi... Estos y otros muchos guineanos han sido víctimas de la violencia y la barbarie que el régimen abyecto y execrable del monarca de Akoakam ha instalado en Guinea Ecuatorial como el modus ooerandi.
Ninguno de ellos había infringido la ley; ninguno de ellos había utilizado la violencia contra nadie; todos ellos y otros tantísimos que han sido torturados y asesinados en manos de los alacranes, las SS (Schutzstaffel nazis de Hitler) del rey Obiang Nguema I sólo por reivindicar los derechos humanos y la democracia para todos los guineanos; algunos han muerto y otros han estado al borde de ella por querer una Guinea Ecuatorial mejor, humanizada, justa y civilizada donde nadie puede ser acribillado, encarcelado, torturado por pensar ni por reivindicar cívica y civilizadamente sus derechos.
Los maltratan y asesinan una caterva de descerebrados y cobardes porque van siempre en manada, de noche y a cara descubierta que, escondiéndose bajo el parapeto de la familia real de Akoakam y sus recomendaciones y consignas de hacer el mal y evitar el bien, sacan sus instintos asesinos y su naturaleza malévola para sembrar el horror y el terror en todo el país.
Mientras los Alfredo Okenve y todos los guineanos que se visten por los pies utilizan las únicas armas que les son permitidas a los humanos para debatir, proponer, dialogar en una sociedad civilizada como son las palabras, esos se dedican a eliminarlos físicamente porque no tienen ni entienden otro lenguaje que no sea el uso de la violencia; carecen de la capacidad de raciocinio.
Es surrealista lo que pasa en la República de Guinea Ecuatorial; resulta que los que mandan son ellos, Obiang Nguema y los suyos; los que lo controlan todo: la administración, los mercados, los puertos y los aeropuertos, la aduana, los peajes, las embajadas... son ellos, Obiang Nguema y los suyos; los que controlan todos los recursos públicos y la economía y disponen de ellos como les viene en gana abriendo cuentas bancarias y comprando inmuebles fuera del país son ellos, Obiang Nguema y los suyos; los que se alimentan dignamente y gozan de total libertad tanto en el país como en el extranjero son ellos, Obiang Nguema y los suyos y a pesar de ello, son los que también están secuestrando, torturando y asesinando a los ciudadanos inofensivos; ¿qué más quieren de nosotros?
Alfredo Okenve, como muchos de los guineanos, es de esos hijos, hermanos, padres o tíos por los que se debe sentirse orgullosos. Estudió matemáticas en la Complutense de Madrid (con lo que cuesta sacarse una carrera universitaria; y si se hace sin beca, mucho más difícil); se ha vuelto al país para intentar impartir la sapiencia que había adquirido fuera y, así, engrandecer la nación. Lejos de arrimarse al árbol baobab (el régimen de Obiang Nguema I), que da cobijo y sombra a todos los que anteponen sus ambiciones personales al interés general, se ha sacrificado creando junto con otros compañeros una ONG, 'CEIDGE' (Centro de Estudios e Iniciativas para el Desarrollo de Guinea Ecuatorial); una iniciativa que en cualquier otra parte del mundo civilizado habría gozado de reconocimientos, apoyos y admiración generalizados pero como se trata de un país donde se ensalza más la ignorancia, la brutalidad y el bandidaje, por eso Alfredo Okenve es perseguido y están dispuestos a amordazarle. Le niegan trabajar en el Estado guineano, no recibe subvención ninguna y no es que haya conspirado contra el régimen, no ha fundado partido político tampoco ha hecho apología del terrorismo..., simplemente está trabajando y defendiendo libertades para todos y un Estado justo también para todos. Estas son las culpas cometidas por las que le han declarado 'persona non grata' en el reino de Kalunga y le han condenado al linchamiento y a su eliminación física.
Muchos guineanos se han convencido de que la "mejor" manera y la vía más directa para enriquecerse y vivir en la opulencia en Guinea Ecuatorial no es con los estudios ni es con trabajos dignos sino con matar a personas, torturar, secuestrar, traicionar a los demás en favor de la familia del rey Obiang Nguema I, quien recompensa a esos con grandes dádivas en forma de cargos, dinero en metálico y una impunidad absoluta. Los aspirantes para estos menesteres se cuentan por miles y forman verdaderas colas para demostrar sus grados de criminalidad y crueldad para poder entrar a formar parte en ese selecto club del crimen organizado. Lo que no quieren tener presente es cómo suelen acabar todos los fieles servidores del rey Obiang Nguema I; ¿lo suelen contar?
En el caso de que tengan una amnesia colectiva o una enajenación mental transitoria, que se lo pregunten a: Julián Ondo Nkumu, Chico Enri; o a los familiares de Cayo Ondo Mba, Efe Pulé, Ndong Ona, Nguema Eyi...; todos ellos se creyeron amos y dueños de las vidas de los guineanos porque su amo les había dado la licencia para matar y de hacer lo que quisiesen por ¿¿defender?? a los Obiang. Otros tantos desalmados, cobardes y energúmenos han cogido el relevo y continúan con las mismas masacres esperando tener otro final.
Pues, a esos y a los Obiang FOREVER, les venimos a decir que Alfredo Okenve no está solo, que ya hay muchos Alfredos en el país. Todos los guineanos que estamos hartos de tanta violencia y de tantas injusticias, que queremos aportar para nuestro país los conceptos que hemos adquirido con mucho sacrificio para que no nos conozcan fuera como país de chorizos, depravados y delincuentes sino como un país habitado por personas humanas con capacidades y preparación suficientes para hacerlo progresar como los demás países; que deseamos vivir en paz, democracia y bienestar social no sólo para algunos pocos sino para todos los pueblos del país; todos los que estamos decididos a expresar nuestros sentimientos, nuestros pensamientos y nuestras críticas caiga quien caiga; todos somos Alfredo Okenve y no vais a callar. Vais a seguir intimidando, torturando y asesinando todo lo que queráis pero, ya no vais a poder silenciarnos. Estamos dispuestos al martirio, si es la voluntad divina, hasta conseguir una Guinea Ecuatorial libre de matones, libre de dictadores y limpia de tantos incultos, analfabetos y vulgos ocupando puestos relevantes en la administración del Estado.
No quiero ser uno de los que habla el pastor alemán Martin Niemöller cuando el ascenso y devastación nazi:
"Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas, guardé silencio, porque yo no era comunista, cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata, cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté, porque no era sindicalista, cuando vinieron a buscar a los judíos, no pronuncié palabra, porque yo no era judío, cuando finalmente vinieron a buscarme a mi, no había nadie más que pudiera protestar".
Ya está bien de tanto silencio cómplice de muchos guineanos de bien, cualificados que están mirando hacia el otro lado mientras están cometiendo verdaderos crímenes de lesa humanidad en el país y están acabando con los hijos e hijas de la nación que podían aportar muchísimo más por el progreso y bienestar de Guinea Ecuatorial.
Yo sí te digo, admirado Alfredo, gracias por tu tenacidad, tu abnegación por ver una Guinea democrática donde se respete los derechos humanos y donde se aplique la justicia. Esta es la Guinea con la que muchos soñamos y a la que algunos estamos dispuestos a darlo todo hasta la victoria final. Te podrán secuestrar, te podrán torturar casi hasta matar pero, no podrán silenciarte ni tapar vuestra labor porque tu entrega y determinación pacífica son nuestra guía. Chico, gracias, mil gracias. Que Dios te bendiga.
Así lo pienso y así lo digo; ¿qué os parece?